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Momentos de tensión sufrieron anteanoche varias familias meridanas cuyos cercanos parientes viajaban a Los Angeles y el avión que los llevaba de Ciudad de México a ese lugar de California sufrió un percance a los pocos minutos de iniciar el recorrido, lo que obligó a un aterrizaje de emergencia.
El desperfecto surgió porque antes de alcanzar cierta altura un ave fue absorbida por una de las turbinas del avión, lo que hizo que el motor se incendiara.
Luego de más de una hora de maniobras en el aire, la nave aterrizó “casi planeando” sin que hubiera mayores complicaciones.
Los pasajeros, que iban en el vuelo 5072 de Interjet, salieron con cierto retraso de Ciudad de México, cerca de las 9:30 de la noche, como relató la señora Ligia Gómez, quien salió el jueves por la mañana de su casa del fraccionamiento Delio Moreno Cantón para dirigirse a la metrópoli y luego de esa escala continuar a Los Angeles en horas de la noche.
A los 10 minutos del despegue, la señora Ligia Gómez, como otros pasajeros, notaron “un sonido raro” y casi de inmediato sobrecargos informaron del incendio de uno de los motores que sería controlado por medios propios de la nave, pero el motor no podía ser utilizado de nuevo, lo que obligaba a un aterrizaje de emergencia.
“No podemos seguir el vuelo con un motor, regresaremos a Ciudad de México”, sería una de las frases del personal de atención.
De acuerdo con los datos obtenidos, apenas se registró en los tableros de la nave el desperfecto comenzaron los avisos de emergencia y el protocolo de seguridad: los viajeros se abrocharon los cinturones, se inclinaron sobre sus piernas, se les instruyó de la peligrosidad del aterrizaje y de que, apenas lo permitiera la situación, se colocarían toboganes para el descenso.
Los viajeros no llevarían pertenencias para agilizar la movilización, sus objetos personales fueron asegurados a fin de que no causaran daño por el impulso y el probable “mal aterrizaje” que se registrara, ya que sólo funcionaba uno de los dos motores.
Luego, las llamadas de emergencia a la Torre de Control y las indicaciones sobre el grave riesgo de que se corría al aterrizar con un motor: había probabilidad de un descenso “inclinado hacia un extremo”, que obligaría a la nave a pegar primero un ala con las secuelas graves al tocar tierra.
Por más de una hora se tomó otra medida de emergencia, evacuar el combustible que llevaba la nave. Por lo tanto, durante ese tiempo se recorrieron sitios aledaños a la capital del país para tirar el combustible de los tanques, todos ubicados en las alas del avión.
Durante ese tiempo los viajeros platicaron entre sí, comentaron la gravedad de la situación por la que atravesaban, hablaron de sus familiares, etcétera.
Cuando el combustible era el mínimo requerido para el aterrizaje, el avión se perfiló hacia una de las pistas del aeropuerto de la capital del país. Con el motor útil prácticamente apagado, la nave descendió “planeando”.
El avión aterrizó en medio de las medidas de seguridad sin que hubiera mayor problema, aunque seguía la advertencia de que el fuego podría reanudarse en cualquier momento, lo que afortunadamente no ocurrió.
Decenas de ambulancias, personal de seguridad, paramédicos, bomberos y otros medios de emergencia “recibieron” el vuelo que, finalmente, llegó sin mayores problemas, excepto las crisis nerviosas que registraron varios pasajeros, indicó la señora Ligia Gómez.
Una de las personas que recibieron atención inmediata fue la señora Vanessa Novelo Matu, quien tiene tres meses de embarazo y viajaba a Los Angeles para impartir una conferencia que no se precisó.
La señora Ligia Gómez recibió atención por la crisis nerviosa que sufrió, como otros viajeros.
Luego de controlarse la situación, los pasajeros recibieron atención de la aerolínea que los trasladó a hoteles y restaurantes porque el vuelo fue cancelado y se reprogramó para las primeras horas de la mañana, lo que se cumplió.— Megamedia
Los atemorizados pasajeros se comunicaron con sus famililares de esta ciudad luego de pasada la emergencia. Información Diario de Yucatán
